martes, 15 de febrero de 2011

Amigales






Tengo un gran respeto por los seres vivos, por las plantas, por los animales, salvajes y domésticos, por los pobres insectos tan maltratados, tan aborrecidos. Me indignan el toreo, las peleas de gallos, de perros, de escarabajos y hasta los concursos de carrera de tortugas. Sin embargo, no creo que las mascotas sean “amigos del hombre”. Me explico, un perro no es el mejor amigo del hombre, ni un gato, ni un loro. Entre ellos y sus amos hay una relación pero no es la de amistad, tal vez sea algo más simple y no exento de hermosura, pero no es amistad.



Muchas especies tienen la generosidad de adoptarnos a los humanos como parte sus clanes. Un perro, por ejemplo, cuida su territorio y a su manada y entre esa manada incluye a las personas que habitan la casa donde vive. Él identifica al mamífero dominante (amo) y se acoge a sus decisiones, tiene capacidad inter específica como muchos otros animales, es decir, puede relacionarse con otras especies.



Los loros suelen asumir a su amo como si fuera su pareja y lo cuidan y acicalan como tal, los gatos asumen a los que los rodean como sus subordinados.



Los amigos no pueden ser sino de la misma especie y la amistad es un invento humano, un invento cultural como el amor. Tal vez, también sea una sofisticación de la tendencia afectiva de los mamíferos. Pero, ante todo, en la amistad hay decisión de las dos partes, uno no compra un amigo en una tienda, ni lo escoge por su “étnia”, a un perro ,un gato o un caballo lo escogemos por su raza. Uno no castiga a un amigo, ni lo mantiene. Los amigos no están ahí para complacernos en todo lo que se nos ocurra, muchas veces lo mas valioso de un amigo es su resistencia a ser como nosotros, a pensar como pensamos y esa diferencia es la que nos permite crecer, valorar y apreciar los lazos de la amistad.



El nexo con las mascotas es de absoluta responsabilidad, en el sentido de que ellas dependen de nosotros y son un gran compromiso de tiempo y espacio. Un amigo no implica esta relación. Es más, cuando una persona decide tener una mascota asume un compromiso tan serio que no puede disolver así como así, aunque no faltan los desalmados que dejan a sus mascotas tiradas en la calle cuando descubren que no pueden cumplir con sus exigencias económicas, horarias o afectivas. Los animales domésticos dependen en su totalidad de sus amos. Los amigos son independientes, libres, autónomos.



Podemos hablar con nuestro perro, pero él jamás nos va a contestar, quizá escuche con atención pero no hay diálogo posible y es en la palabra en donde se funda la amistad. Puede haber amor y pasión sin palabras, pero la amistad es esencialmente lingüística.



Hace poco le preguntaron a Fernando Vallejo si creía en el amor y contestó “si, en el amor a los animales”.Se de muchas personas que piensan así. Incluso en la universidad donde trabajo hay un grupo en contra del maltrato a los animales que cada cierto tiempo nos educa con instalaciones sangrientas y fotografías horripilantes en las que se hace campaña de “concienciación” acerca de estas tristes prácticas. Muchas veces he tenido la tentación de pegar fotos de niños desnutridos y abandonados y escribir “Ellos también son animales”. Me abisma ver el exceso en el cuidado a las mascotas y la apatía con los de nuestra misma especie.



No digo que las mascotas no sean una gran compañía, le permiten a los humanos expresar ternura, cuidar, proteger, hacerse responsables, pero esas expresiones tienen menos compromiso que la amistad. Tal vez por eso menos personas ayudan a los niños o los adultos desprotegidos, porque ayudar a otro humano implica un lazo mas serio, uno no puede dejar de comprometerse con un humano y además corre el riesgo de desencantarse. Nuestras mascotas jamás nos decepcionan, baten la cola, juegan, agradecen con lealtad los cuidados y sobre todo, nos reconocen y ahí es donde radica su encanto, para ellas somos únicos, especiales, nos presienten cuando vamos a llegar, saben si estamos tristes o felices, a su modo, nos protegen y nos acompañan: Vencen los dos mas terribles miedos humanos, la indiferencia y la soledad.



Creo que el perro no es el mejor amigo, pero si puede ser el mejor “amigal” del hombre. Los dos han hecho una relación de dependencia tal que muy pocos perros sobrevivirían sin el cuidado humano, sin desconocer también que esta relación con las mascotas mueve millones de dólares al año, tantos que con lo producido en 12 meses por la industria de “los PETS” se aliviaría el hambre mundial. Sería bueno querer a las mascotas pero sin olvidar que somos de la especie Homo, sin desesperanzarnos hasta llegar a confiar más en los perros que en los vecinos humanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario